Balnearios: placer para el cuerpo y la mente
Publicado en «El placer de viajar por las Rías Baixas. Anuario Turístico 2004».
Rica y famosa desde siempre por sus aguas termales, Galicia ha recuperado el esplendor de los balnearios. Las aguas siguen usándose en bebida, baño, chorro, inhalación, pulverización, baño de vapor…, pero las instalaciones no sólo se han renovado y ampliado, sino que han incorporado nuevas técnicas termales para satisfacer una demanda cada vez más exigente.
De esta forma, la oferta tradicional de los balnearios como centros de salud se ha complementado en los últimos años con diferentes tipos de actividades turísticas y de ocio, lo que, a su vez, ha ampliado el abanico de edades de los usuarios.
Dos siglos han sido necesarios para que la curas termales, una actividad de lujo que sólo practicaban las clases aristocráticas, se convirtieran en la mejor opción para el desarrollo del turismo de Galicia. Los datos hablan por sí solos: con 20 establecimientos dedicados al turismo termal y más de 2.000 plazas hoteleras en balnearios, Galicia es la Comunidad con mayor oferta termal de España. Una oferta que iguala a la demanda, ya que el índice de ocupación de los balnearios gallegos es del 85 por ciento durante todo el año, muy superior a la de otro tipo de turismo.
Una idea de la gran demanda de «vacaciones de salud», en aras del bienestar mental y corporal, la da también el hecho de que, junto a los balnearios, en los últimos años se ha desarrollado la oferta de Hoteles Spa (Salud por Agua), en destinos turísticos como son, en las Rías Baixas, O Grove y Sanxenxo.
Establecimientos de lujo
La provincia de Pontevedra reúne más de la mitad de las plazas de los balnearios gallegos. La mayoría, además, pertenecen a modernos y lujosos establecimientos, como son el Balneario Meliá de Mondariz (4 estrellas) y el Gran Hotel La Toja (5 estrellas). Localizados en tierras de larga tradición termal, Mondariz-Balneario y la Illa de A Toxa, respectivamente, cuyos viejos balnearios aliviaron las dolencias de reyes y nobles, escritores, artistas y personajes de lo más granado de la sociedad española del siglo XIX, hoy ofrecen las más avanzadas técnicas termales y toda una infraestructura paralela de ocio y servicios para garantizar el bienestar de sus clientes: campo de golf y pistas de tenis, cafetería, restaurante, piscina al aire libre, centro de belleza…
En sus modernas instalaciones, lo lúdico es tan importante o más que lo terapéutico, por lo que cuentan con clubes termales en los que se accede a todo un mundo de desconocidas sensaciones. El recorrido por bañeras de hidromasaje y jacuzzis con diseño y decoración pensados para conseguir el máximo bienestar, aleja al usuario de los problemas y preocupaciones cotidianos, mientras las aguas termales tonifican su cuerpo, alivian reumas, artritis… Saunas y baños turcos, baños fríos y calientes, chorros de agua… componen un paisaje acuático de absoluto relax.
Estar bien por dentro y también por fuera es la filosofía que ha ido guiando la evolución del sector termal. Es por ello por lo que estos establecimientos de la máxima categoría incorporan en sus instalaciones centros de belleza que combinan técnicas de masaje y de relajación con cosméticos de última generación elaborados con productos naturales, y que los hacen muy solicitados para estancias de fin de semana.
Sabor de antaño
Si estos balnearios combinan carácter terapéutico y lúdico, los hay también que conservan el sabor de antaño, más relacionado con el reposo y los tratamientos de afecciones y dolencias, aunque –eso sí– con instalaciones confortables y técnicas actuales de hidroterapia. Vila de Cruces, Cuntis, Caldas de Reis y Caldelas de Tui son algunos de los mejores destinos del turismo termal en Galicia, ya que se trata de localidades con muy variados e importantes recursos turísticos, desde sus bellos paisajes fluviales hasta su rico patrionio histórico y arquitectónico, pasando por sus fiestas populares y su amplia y variada gastronomía.
Beneficiarse de las propiedades terapéuticas de las aguas que han hecho famosos estos lugares no obliga necesariamente a alojarse en el mismo hotel-balneario, sino que, incluso, es posible pernoctar en casas de turismo rural u otro tipo de alojamientos, lo que tiene un encanto añadido, y acudir a recibir los beneficios de las aguas al balneario.
Máxima tranquilidad, reposo absoulto y auténtico descanso en un privilegiado entorno natural es lo que ofrece el Hotel Balneario Baños de Brea, en Vila de Cruces, en sus modernas instalaciones hoteleras. Sus aguas, sulfurosas bicarbonatadas alcalinas, mantienen las propiedades curativas de siempre para afecciones de la piel, reumas, problemas respiratorios, alteraciones metabólicas y del sistema nervioso.
Cuntis, por su parte, transporta al visitante a tiempos pasados en los que la villa era frecuentada por numerosas personas atraídas por las virtudes de sus fuentes y sus baños de aguas sulfurosas, verdaderos agentes antiinflamatorios, antialérgicos y antioxidantes.
Sobre terrenos que ocupaban antiguas casas de baños y en un edificio rehabilitado se levanta el complejo de las Termas de Cuntis: el balneario de Forniños, unido por un pasadizo al Hotel La Virgen (3 estrellas) –de piedra, con perfil característico de pazo gallego–, ambos rodeados por unos 50.000 metros cuadrados de parques privados, poblados con más de 50 especies arbóreas, y, a pocos metros, el Hotel Castro do Balneario (4 estrellas), una antigua casona rehabilitada.
En la localidad de Caldas de Reis, de noble y rica historia, se encuentra una de las mejores y más conocidas estaciones termales de Galicia, la que conforman los balnearios de Acuña y Davila, dos muestras de la arquitectura típica de la zona. Sus aguas, aprovechadas desde los tiempos de los celtas, son cloruro-sódicas, nitrogenadas y sulfídricas, ideales para los problemas respiratorios, dermatológicos y reumatismos.
El Hotel-Balneario de Caldelas de Tui (1 estrella), inaugurado en 1986, se amplió en 1992 con un nuevo edificio. Sus aguas, hipertermales, cloruradas-sódicas, sulfídrico-azoadas y altamente radiactivas, están indicadas para el aparato respiratorio, el reuma y la piel. Baños de hidromasaje y burbujas, chorro de agua, inhalacines y ducha nasal son las técnicas de tratamiento que se utilizan en él.
Talasoterapia
La historia de la talasoterapia, o utilización terapéutica de las propiedades del agua de mar, es paralela a la de las aguas termales, siendo su época de auge en tiempos de los romanos. Galicia tampoco ha sido ajena a su explotación turística, y cuenta ya con algunas instalaciones dedicadas a este método terapéutico. La oferta de talasoterapia en las Rías Baixas la lidera el Hotel Talaso Atlántico (4 estrellas), en Santa María de Oia, de reciente creación.
En unas instalaciones similares a las de los más modernos balnearios, con servicio médico, centros de belleza y de masajes, aquí las aplicaciones en bañeras y compresas de algas y lodos marinos son el complemento eficaz para la acción terapéutica del agua marina, calentada hasta una temperatura de entre 35º C. y 37º C., y aplicada a través de baños, duchas o chorros de presión.
Muy cerca del Talaso Atlántico, ubicado en Cabo Silleiro, el Monasterio de Santa María de Oia está pendiente de un proyecto de rehabilitación que lo transformará en otro hotel con centro de talasoterapia, lo que es una muestra del fuerte potencial del sector para el desarrollo del turismo de salud en Galicia.
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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua.
Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones.
Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.
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