Diez razones que hacen a las islas Cíes tan especiales
El Parque nacional de las Islas Atlánticas de Galicia (archipiélagos de Cíes y de Ons, Cortegada y Sálvora) recibe durante el año visitas organizadas o en barcos privados, pero cuando llega la temporada las más visitadas son las Cíes y la isla de Ons, pues solo en ellas funciona un servicio público de transporte. Según el Ministerio de Medio Ambiente, es el único de los trece parques nacionales de España que crece en número de visitantes.
Cada archipiélago merece atención por sí solo, y por eso este post está dedicado íntegramente a las islas Cíes (Norte-Monteagudo, Faro y Sur-San Martiño). Aquí las visitas por medio del transporte público están limitadas a 2.200 personas diarias. En zonas restringidas, y previa solicitud, se puede practicar submarinismo y los barcos privados pueden fondear.
De entre las muchas razones por las que son tan atractivas y tan especiales, yo sugiero diez:
1.- El color del agua. Los tonos azul verdosos del agua de las Cíes van de los más claros a los más oscuros, según sea el viento, el fondo o el color del cielo. El agua está tan límpida que, pese a la temperatura –esto es el Atlántico, pero no está tan fría como se dice– es difícil resistirse al baño.
2.- Las playas de arena blanca. La más conocida es la Rodas, que une las islas de Monteagudo y Faro. Por su tamaño y el conjunto que forma con las dunas se lleva todos los halagos, pero la playa de Figueiras –en la isla de Monteagudo– y la de Nosa Señora –en la de Faro–, tienen el encanto de ser más pequeñas y menos transitadas. La playa de San Martiño, en la isla Sur, es otro paraíso, pero a ella solo se puede acceder en barco privado.
3.- Sus fondos marinos. Sus espectaculares paisajes submarinos y la riqueza de flora y fauna suponen el mayor valor de todo el Parque Nacional. Hacia el océano, los fondos son rocosos, pero frente a las rías, predominan los fondos arenosos, de cascajo (restos de conchas y moluscos) o de maërl (coral).
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Imagen en la que se aprecia la barrera natural que forman las islas Cíes frente a la ría de Vigo. |
4.- La ardentía. Por la noche la superficie del agua se llena de puntos chispeantes. Son algunas especies de organismos microscópicos que emiten luz cuando se agita el agua. Quienes tienen el privilegio de pasar la noche en Cíes –sólo es posible pernoctar en el camping o en barco privado–, pueden observarla al caminar por la arena, en torno al barco o en los traslados en neumática.
5.- Los arroaces. Aunque se pueden ver por el interior de las rías, contemplar a estos pequeños delfines en este escenario es un auténtico lujo. Hasta ellos parecen disfrutar más y te dan un espectáculo gratis inolvidable.
6.- Las gaviotas. Son las dueñas y señoras de las islas. No se las puede molestar ni dar de comer para no interferir en su medio. Pero se cuentan por miles y se ocupan bien de proveerse, por lo que hay que tener a resguardo la comida.
7.- Los cormoranes o cuervos marinos crestados. Los veréis parados al sol secándose el plumaje, pues, a diferencia de otras aves, el suyo no es totalmente impermeable, lo cual les facilita la inmersión y su desplazamiento en el agua a gran velocidad.
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Monte Faro, en primer término, e isla Sur. |
8.- Las rutas. En las islas de Faro y de Monteagudo existen cuatro itinerarios señalizados. La Ruta del monte Faro es la más popular. Larga pero prometedora: nos lleva hasta el faro, desde donde se contempla una panorámica general de las Rías Baixas. La Ruta del Faro da Porta se desvía de la anterior hacia este otro pequeño faro. La Ruta del Alto do Príncipe, en la Isla Norte o de Monteagudo, nos conduce a la Cadeira da Raíña, un curioso conjunto rocoso modelado por la erosión, que ofrece espectaculares vistas de los acantilados; y por la Ruta de Monteagudo llegamos al Faro do Peito, el lugar más próximo al continente.
9.- Su historia. Las islas Cíes estuvieron habitadas desde la Edad de Bronce hasta mediados del siglo XX. Sus pobladores sufrieron las invasiones suevas y musulmanas y multitud de saqueos piratas, el más feroz de todos el del pirata inglés Francis Drake en el siglo XVI. En las islas hay restos de un poblado castreño, el Poboado das Hortas, y de distintas construcciones (molinos, fábricas de salazón, cementerio, cuartel y cárcel…). El convento de San Esteban (siglo VI) fue rehabilitado para Centro de Interpretación.
10.- El barco de pasaje. Para muchas personas, la visita a las Cíes tiene el atractivo añadido de que es la primera vez que navegan. Hay salidas a Cíes desde Vigo, Baiona y Cangas.
¿Y a vosotros qué otras razones se os ocurren?
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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua.
Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones.
Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.
[…] un antiguo artículo contaba varias razones que hacen a las Cíes tan especiales, todas ellas poderosos motivos para declarar las Cíes Patrimonio Natural de la Humanidad. Retomo […]
[…] Diez razones que hacen a las Cíes tan especiales […]
Recuerdo pasar maravillosos días en los ochenta y son excepcionales..Lo mejor de As Rias Baixas….
Seria fantástico poder ir a Ons, y más después de haber visto las fotos de Stafan Mörling, en la exposición dedicada a su trabajo en la isla, en el anterior encontro de Muros.
Un abrazo a los dos y nos vemos en Carril.
Hola, Joan:
Seguramente te suena que el periódico The Guardian la consideró la playa más bonita del mundo. A mí me parece que es más verosímil que lo sea de este lado del mundo que del mundo entero, pero sí, es preciosa y no defrauda.
Espero que nos veamos en el encuentro de Carril, ¿no? Si es así, como ya conoces las Cíes, tenemos que llevaros a la isla de Ons y a la playa de Melide.
Un abrazo para ti y otro a Marta.
Hola, Edurne!
Leí en alguna revista de viajes que la playa de Rodas es una de las más bonitas del mundo. No lo sé porque no conozco tantas playas como para poder comparar. Pero he estado fondeado frente a esa media luna de arena dorada y he recorrido un poco la isla, y puedo decir que las Cíes son una maravilla. La visita vale mucho la pena y no creo que deje indiferente a nadie que mínimamente le guste la naturaleza y el mar. A mi me enamoraron por completo y espero volver algún día.
Estupendo reportaje y magníficas, como siempre, las fotos de Ricardo Grobas.
Saludos desde el Mediterráneo y hasta pronto.