Está terminando el año y por una razón u otra todavía no has podido visitar algunos de los lugares que te recomendaron tus amigos o viste en algún blog, como éste mismo. No importa: el puente de Todos los Santos es un buen momento para hacer esa salida en pareja, con amigos o en familia y conocer un buen pedazo de Galicia. Te diría mil lugares, pero ¿qué te parecen estas cinco sugerencias mientras otras tantas me las reservo para otra ocasión?
Este es un destino que está dando mucho que hablar y que tienes que descubrir. Imprescindible conocer la Ruta de la Construcción Naval, el producto estrella de Ferrol, una iniciativa de turismo industrial en esta ría donde durante siglos se construyeron buques para la Armada española y que ahora padece la crisis de la construcción naval. No ha tenido otro remedio que reinventarse, y aprovechar turísticamente esta importante parte de la historia de la ría ferrolana, protegida por dos imponentes castillos, los de A Palma y San Felipe.
No solo tienes que visitar Ferrol, un núcleo urbano donde florece la arquitectura modernista, sino cruzar la ría para tomar el pulpo a la mugardesa, en Murgardos; pasear por playas como Pantín (Valdoviño), referente del surf mundial, y recorrer toda la ruta de los faros entre Cabo Prioriño y Estaca de Bares, conociendo enclaves como la playa de Doniños, la ermita de la Virxe do Porto, los acantilados de Loiba, o los pueblos de Bares y O Barqueiro.
De los destinos costeros, quizá sean los pueblos de A Mariña Lucense los menos conocidos. Y eso a pesar de que cuenta con uno de los monumentos naturales más visitados, la playa de las Catedrales. O, para ser más exactos, el más visitado, pues incomprensiblemente no goza de ningún tipo de control, y sus visitas han llegado a un punto insostenible. Obviando el encanto que de por sí tienen las playas y pequeños rincones marineros como Rinlo (Ribadeo) o Portocelo (Xove) justo es señalar que tanto Ribadeo como Viveiro son localidades con cascos antiguos declarados conjuntos histórico-artísticos.
En Ribadeo, te sorprenderá su variada arquitectura, entre la que destaca un buen catálogo de casas indianas, y en Viveiro, el magnífico conjunto monumental que forman la iglesia y convento de San Francisco, la plaza de Santa María y las puertas de su antigua muralla, la más espectacular la puerta del Castelo o de Carlos V, de estilo plateresco. Disfruta del bullicio de sus cafeterías, pubs y bares de tapas, pero recorre los alrededores para descubrir alguna que otra sorpresa, como la basílica de san Martiño, en Foz, el monumento natural Souto da Retorta (Chavín, Viveiro) —conocido también como el eucaliptal de Chavín—, y el Conjunto Histórico Artístico que fue la fábrica del marqués de Sargadelos, en Cervo, y no te pierdas tampoco los faros de Isla Pancha (Ribadeo), Punta Atalaya (San Cibrao) y Punta Roncadoira (Xove).
Es temprano para que las encuentres nevadas, pero tampoco sería improbable que en esta sierra fronteriza entre Lugo, León y Asturias caigan las primeras nieves de este invierno. O Piornedo (Cervantes, Lugo) es el pueblo con mayor altitud, en las faldas de la sierra. Cuenta con un hotel de montaña ideal para pasar unos días de tranquilidad al calor de la lumbre y dando pequeños paseos por el monte.
Los auténticos montañeros no dejarán pasar la ocasión de ascender a picos como Tres Bispos (1.792 m.), Corno Maldito (1.850 m.), Mustallar (1.935 m.) o Cuiña (1.987), pero se puede disfrutar de Os Ancares perdiéndose por sus sinuosas carreteras, siguiendo una ruta por las emblemáticas pallozas —viviendas ancentrales circulares con techo de paja—; acercándose hasta el castillo de Doiras, donde la leyenda cuenta que vivía Aldara, convertida en una cierva por mantener relaciones con el hijo de un enemigo de su padre, y que murió en el bosque abatida por una ballesta de su propio hermano; o visitando O Cebreiro, en la cercana Serra do Caurel, puerta de entrada del Camino de Santiago en Galicia.
Del Miño y del Sil, A Ribeira Sacra es un territorio que se extiende por 20 municipios de Lugo y Ourense, y uno de los destinos imprescindibles de Galicia por la cantidad y calidad de los recursos que atesora. Desde sus mágicos y frondosos bosques de especies autóctonas hasta los numerosos monasterios e iglesias románicas que se suceden por las riberas de los dos ríos, sus profundos valles vitivinícolas, y dos actividades económicas que siguen fascinando al visitante y son el orgullo de sus gentes: la viticultura heroica y la alfarería. La primera cuenta con un centenar de bodegas inscritas en la D.O. Ribeira Sacra, y la segunda con dos talleres alfareros, uno en Gundivós (Sober, Lugo) y otro en Niñodaguia (Xunqueira de Espadanedo, Ourense), donde todavía se elaboran piezas tradicionales de rasgos y características muy diferentes entre ambas alfarerías, y otras adaptadas a la demanda moderna.
Para los que les gusta andar por la naturaleza, en un entorno así no faltan rutas tan insólitas como la de las Pasarelas del río Mao o la del Bidueral (bosque de abedules) de Montederramo y, entre otros lugares de visita imprescindible, cinco apuntes: el Centro Oleiro de Gundivós; el Museo Etnográfico do Viño, en Quiroga; el Centro de Intepretación do Viño y el Museo del Ferrocarril, en Monforte de Lemos; y el castillo de Castro Caldelas.
Una comarca fronteriza, productora de kiwis, flores y vinos de la subzona O Rosal de la D.O. Rías Baixas, donde está creándose un destino turístico con mucho potencial, con el río como eje conductor de una serie de iniciativas turísticas y las localidades de Tui y A Guarda como polos de atracción. La que fue capital de una de las siete provincias del antiguo Reino de Galicia hasta 1833 es una localidad monumental que invita a recorrerla por los cuatro costados y cuenta con un pequeño puerto fluvial. Cafés tranquilos, restaurantes creativos…, a Tui no le falta nada para pasar una entretenida jornada.
A Guarda, punto geográfico de referencia por estar en la desembocadura del Miño, con su paseo marítimo completamente remozado y lleno de bares y restaurantes, conserva el encanto de los pueblos marineros, así como bellos y salvajes arenales en la zona de Camposancos. No dejes de visitar el monte y castro de Santa Tecla, pero piensa en el aliciente que es cruzar a Portugal en el ferry de Camposancos y callejear un rato por la localidad lusa de Camiña.
¿Has decidido ya hacia dónde prefieres dirigir tus pasos durante este puente de Todos los Santos?
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