La Navidad gallega recupera la tradición del Apalpador
Cada vez son más las ciudades y localidades de Galicia que celebran y escenifican en la calle la visita del Apalpador, un personaje de la mitología popular gallega, primo hermano del Olentzero vasco, que trae regalos a los niños y niñas en las navidades.
Caracterizado como un viejo barbudo y gigantón, vestido con ropa de campo, vieja y remendada, fumando en pipa, y cargado con un saco de castañas al hombro, el Apalpador es recibido con música y canciones, en medio de la algarabía de niños y mayores.
Como personaje de antaño, de oficio carbonero, que bajaba desde las montañas de O Courel a las villas y pueblos de Galicia con un saco de castañas que iba dejando a los niños, preocupado por que no estuvieran desnutridos –el nombre le viene de que apalpaba (palpaba) las barrigas de los niños para ver si estaban llenas–, la filosofía que encierra la recuperación de esta figura del imaginario popular gallego es contraria al consumismo que empaña otras tradiciones importadas. Por eso, va muy unida a las ideas del valor de las cosas manufacturadas, del respeto al medio ambiente, y del valor de los regalos que se hacen con más cariño que dinero.
Además de las castañas, el viejo carbonero conseguía en los soutos la madera con la que tallaba juguetes para los niños y niñas. La noche de Navidad bajaba de las devesas y entraba a escondidas en las casas. Entonces, se acercaba a ellos y les palpaba la barriga para ver si estaban bien alimentados. Si estaban llenas decía su conjuro –«Así, así esteas todo el año» («Así, así estés todo el año»)–; si no, no decía nada, pero a todos les dejaba un puñado de castañas y alguno de sus juguetes.
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Primera representación gráfica del Apalpador, realizada por el artista Leandro Lamas.
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Cuentan que las aldeas de O Caurel y Os Ancares son el último lugar donde se oyeron historias en torno a este personaje mítico cuyo origen podría estar incluso en el vecino Portugal.
Como el día ya está próximo, dejo aquí las cantigas típicas con las que los padres calmaban la inquietud de los niños ante la llegada del Apalpador:
«Vaite logo, meu meniño (miña meniña)/ marcha agora para a camiña/ que vai vir O Apalpador/ a apalparche a barriguita». («Vete enseguida, mi niño (mi niña)/ vete ahora para la camita/ que va a venir el Apalpador/ a palparte la barriguita»).
«Xa chegou o día grande/ día do Noso Señor/ xa chegou o día grande/ e virá O Apalpador». («Ya llegó el día grande/ día de Nuestro Señor/ ya llegó el día grande/ y vendrá el Apalpador»).
«Mañá é día de cachela,/ que haberá gran nevarada/ e hai vir O Apalpador/ cunha mega de castañas». («Mañana es día de cachela,/ que habrá gran nevada/ y ha de venir el Apalpador/ con un montón de castañas»).
«Por aquela cemba/ xa ven relumbrando/ o señor Apalpador/ para darvos o aguinaldo». («Por aquella cima/ ya viene relumbrando/ el señor Apalpador/ para daros el aguinaldo»).
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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua.
Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones.
Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.
Qué artículo tan bonito. Yo también soy hijo de gallegos en el extranjero y, como la persona que comentó anteriormente, también estoy encantado con que se mantengan y recuperen las tradiciones propias de Galicia. Un abrazo.
Hola, me encantò este artìculo, FELICITO a los que tuvieron la brillante idea de recuperar al APALPADOR, basta de costumbres foràneas, si tenemos las nuestras que son hermosas.
Continùen con este tipo de iniciativas, son las màs importantes. Recuperar la identidad, el patrimonio, esa es la meta.
Les escribo desde La Argentina, pero soy hija de un galego.Moitas grazas.-