Más allá del litoral

Publicado en “El placer de viajar por las Rías Baixas. Anuario Turístico 2006”
La existencia del islote Perejil era desconocida para muchos españoles hasta que se originó el incidente que llevó al conflicto diplomático con Marruecos. Probablemente, también gran parte de la población española ignoraba que Galicia cuenta con gran cantidad de territorios isleños hasta que en el año 2002 fue declarado el primer y único Parque Nacional en esta Comunidad: el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, enclavado en las Rías Baixas.
Aunque sólo los archipiélagos de Cíes y Ons, la isla de Cortegada y la de Sálvora son los espacios incluidos en el Parque, lo cierto es que la recortada costa gallega y sus rías alojan, de Sur a Norte, otras islas: sólo en las Rías Baixas, se cuentan San Simón y San Antón, en el fondo de la ría de Vigo; Toralla, frente a Vigo; la de Tambo, en la ría de Pontevedra; la isla de A Toxa, en O Grove, y A Illa de Arousa, de distinto perfil y diferentes atractivos.
A las islas Cíes (San Marín, Faro y Monteagudo) las guías turísticas las han definido como “islas de los dioses”, tópico que, lejos de perder vigencia, cala –¡y de qué forma!– en sus visitantes. Son el parapeto de la ría de Vigo, una barrera natural frente al mar, y a ellas es posible acceder en Semana Santa y verano en transporte colectivo, desde Vigo y desde Baiona. Realizada de este modo, la visita se limita a la isla Faro, donde se encuentra el muelle de atraque.
Subida al faro de Cíes. © Ricardo Grobas

El alojamiento, además, sólo es posible en el camping, lo cual dificulta la estancia en un paraje tantas veces soñado. Conviene, por ello, valorar la opción del charter de embarcaciones –un negocio en auge en todas las Rías Baixas–. Además de dormir a bordo, fondeado frente a playas tan impensables en estas latitudes como la de San Martín –con marea baja, el visitante es recibido con una espesa alfombra de pulidos trozos de conchas–, durante el día podrá gozar del sol en plácidos pasos por la ría de Vigo, atracar en cualquier muelle pesquero y comer en bares y restaurantes, desde San Adrián-Vilaboa, en el interior de la ría, hasta Cangas do Morrazo, o en el mismo centro de Vigo.

El charter permite, incluso, la visita a las islas e San Simón y San Antonio, en el espacio natural de la Ensenada de San Simón, en el fondo de la ría. Son dos islotes unidos por un puente de piedra que fueron lazareto, primero, y cárcel franquista después, y cuyas edificaciones, jardines y caminos han sido ahora rehabilitados y recuperados para usos turísticos, aunque el acceso al público todavía no es posible.
Playa de San Martiño (Cíes).  © Ricardo Grobas
Debido a su proximidad a Vigo, las Cíes son las más conocidas por el público. Y, sin embargo, más al Norte, frente a la ría de Pontevedra, se alzan dos islas (Onza y Ons), de suaves formas, en contraste con las picudas Cíes, con el encanto añadido de que la de Ons está habitada y en ella, además de pasear y conversar con los paisanos, se pueden alquilar habitaciones en algunas casas.
A Ons se llega en los barcos de pasajeros que salen de Bueu, Marín, Portonovo y Sanxenxo. Cuenta con una zona de acampada y con dos bares-restaurante sobre el muelle donde, en épocas de mayor afluencia de turistas, resulta imposible coger mesa antes de las cuatro. Pescados, marisco, pulpo, churrasco…, todo elaborado de la manera más tradicional, saben aquí diferentes.
Muelle de Ons. © Ricardo Grobas
Las actividades agrícola y turística de sus escasos habitantes la convierten en una isla enxebre, muy idónea también para la aventura y la exploración. Quien desee algo más que tostarse al sol y bañarse en un agua hiperlimpia puede adentrarse en la isla y llegar hasta el Agujero del Infierno (Buraco do Inferno) o hacer una excursión hasta el faro.
Las islas de Cortegada –que contiene el mayor bosque de laureles de Europa, y a la que en marea baja se puede llegar andando desde Carril (Vilagaría de Arousa)–, y Sálvora –de accidentada costa, ideal para el percebe, quien tenga la oportunidad de acceder a ella podrá ver los restos de la primera industria de salazón de la ría–, ambas en la boca de la ría de Arousa, completan el ámbito protegido por el Parque Nacional. No obstante, por sus características medioambientales, la de Tambo, en la ría de Pontevedra, de roca granítica, y hoy todavía un enclave de carácter militar al que no puede acceder el público, aspira a integrarse en el Parque.
Otros perfiles
Dejando atrás el Parque Nacional, la isla gallega más conocida es, sin duda, la de A Toxa, por su larga tradición termal y su historia balnearia repleta de nombres ilustres. Importante destino turístico de calidad, A Toxa es un paraíso para el relax.
Tres hoteles –el Gran Hotel, el Balneario Isla de La Toja, ambos de la cadena Hesperia, y el Hotel Louxo– constituyen la oferta de alojamiento: los dos primeros, con modernas instalaciones balnearias y servicios terapéuticos y de ocio; el tercero, con un área de talasoterapia. La isla, unida a la península de O Grove por un puente, tiene casino, campo de golf, pistas de tenis, de pádel, piscinas…
Diferente perfil es el de A Illa de Arousa, municipio propio de unos 5.000 habitantes, en el corazón de la ría. Se trata de un territorio casi virgen, apenas urbanizado, con grandes arenales (Camaxe, Salceda) y sugerentes y pequeñas calas.
El puerto de Chazo ofrece una estampa parada en el tiempo: la de la vida marinera de sus gentes, dedicadas a la pesca, al marisqueo y al cultivo de mejillón en las típicas bateas. Los molinos de mareas y el Parque Natural de Carreirón son imprescindibles en la visita a la isla, conectada con el municipio de Vilanova de Arousa por un puente de dos kilómetros.
Isla de Toralla. © Ricardo Grobas

El repaso a las islas de las Rías Baixas nos lleva, por último, frente a la playa viguesa de Samil. La isla de Toralla, también unida al continente por un puente y dominada por su «edificio», un alto bloque de pisos y apartamentos fruto de la mentalidad desarrollista de otros años, fue lugar de asentamiento de numerosas civilizaciones desde la antigüedad. Ahora, el puente da acceso al público únicamente a la playa; su zona urbanizada es propiedad privada.

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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

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