Mejillonada a bordo al compás de una muiñeira

Uno de los catamaranes dedicados en O Grove a realizar rutas turísticas por los polígonos de bateas.

Uno de los catamaranes dedicados en O Grove a realizar rutas turísticas por los polígonos de bateas.

Embarcamos en O Pelegrín al ritmo de “La chica yeyé” de Concha Velasco, “El baúl de los recuerdos” de Karina y el “Black is black” de Los Bravos y, como señal de bienvenida, a cada grupo nos hicieron la correspondiente foto con opción de compra al desembarcar.

Este catamarán con visión submarina es uno entre la decena de embarcaciones con base en O Grove (Pontevedra) que ofrecen paseos por la ría de Arousa. El nuestro lo disfrutamos dentro de un paquete turístico que ganamos en el concurso Vive Galicia que organizó Turgalicia en Facebook a comienzos de año y que incluía una noche de alojamiento, cena, desayuno y una hora de Spa en el Hotel Spa Oca Galatea de Portonovo (Sanxenxo, Pontevedra).

Los viajeros siguen las explicaciones del guía sobre la ría de Arousa.

Los viajeros siguen las explicaciones del guía sobre la ría de Arousa.

Coincidió con el primer fin de semana primaveral de todo el año y se ve que el buen tiempo llevó a muchas personas a disfrutar de las playas y a aprovechar las posibilidades de ocio de una localidad hiperturística como O Grove. Porque O Pelegrín llevaba un buen número de pasajeros, pero a la misma hora al menos otro catamarán hacía una ruta similar a la nuestra, cargadito de turistas.

Se trataba de dar un paseo por un polígono de bateas con degustación a bordo. Al poco de salir del puerto, mientras un miembro de la tripulación nos informaba sobre las peculiaridades de la ría de Arousa —la más amplia, abrigada y rica en plancton— que la convierten en la principal productora de mejillón de Galicia, nos estaban sirviendo el vino y los refrescos con los que acompañar el marisco. El tiempo soleado invitaba a disfrutar de la cubierta de arriba, pero la ventolera que aguantábamos con gusto los pasajeros no la soportaban los vasos de plástico ni las botellas de refrescos.

Darío, sobre la batea, dispone de un muestrario de tres cuerdas de los distintos tipos de cultivo en batea: mejillones, ostras y vieiras.

Darío, sobre la batea, dispone de un muestrario de tres cuerdas de los distintos tipos de cultivo en batea: mejillones, ostras y vieiras.

Parada en una batea y una somera explicación de cómo se realiza el cultivo de marisco en estas plataformas de madera características de las Rías Baixas gallegas, de donde cuelgan largas cuerdas a las que va adherida la semilla, y sobre las diferencias entre las cuerdas si las bateas son de mejillón, de ostras o de vieiras. El proceso de cultivo de los tres productos dura un año.

Encima de la batea espera Darío. Tiene un muestrario de tres cuerdas sumergidas que va sacando del agua, una a una, para que el público entienda las explicaciones del guía. La cuerda del mejillón puede alcanzar al término del proceso los 30 centímetros de diámetro y 200 kilos de peso, y sobre ella los mejillones crecen pegados unos a otros, como apelmazados. El aspecto de la cuerda de vieiras es totalmente diferente: las vieiras van unidas a la cuerda con hilos de nylon y separadas unas de otras. Y completamente distintas son también las cuerdas de ostras: éstas van pegadas en grupos de tres, de espaldas entre ellas, con un cemento especial. Este trabajo lo realizan entre cinco mujeres, que pegan al día entre 60 y 70 cuerdas.

Mejillones a tutiplén para todo el pasaje.

Mejillones a tutiplén para todo el pasaje.

Acto seguido, los pasajeros descendemos ordenadamente para contemplar el paisaje submarino dominado por las cuerdas que mueven las corrientes. Y de vuelta a nuestros asientos, llega el festín: fuentes y fuentes de mejillones —incluidos en el precio del billete (13 euros/adulto y 6 euros/niño)— por todas las mesas, y navajas y gambas —éstas a 5 euros la ración— mientras el catamarán hace su recorrido por el polígono de bateas y vuelve a sonar la música ambiental.

Entonados por el vino y animados por la propia tripulación, que se suma a la fiesta, familias y grupos de jóvenes se ponen a bailar. Así, así, levantando las manos/ así, así, moviendo la cintura/ así, así, un movimiento sexy/es el ritmo nuevo que traigo para ti. El éxito de El Símbolo pone en pie a la mitad del pasaje.

Las gaviotas, al acecho de la comida que se servía a bordo.

Las gaviotas, al acecho de la comida que se servía a bordo.

Nos sobrevuelan las gaviotas, al acecho de la comida, el barco pone rumbo al puerto, y algunos pasajeros muestran interés por ubicarse: aquella es la isla de A Toxa; aquel puente une la península con A Illa de Arousa; aquella otra costa pertenece a la provincia de A Coruña… Un miembro de la tripulación ofrece las últimas explicaciones sobre el entorno; estamos entrando en puerto y tras una hora de paseo no nos hemos acercado a ningún lugar de la costa y hemos hecho un recorrido sin otro atractivo que la contemplación de las bateas, que vienen siendo todas iguales.

Nada parece disgustar, sin embargo, a unos viajeros eufóricos, y llega la apoteosis final al compás de la muiñeira del dúo  Pimpinela: Galicia!, cada día máis linda máis linda,/ cada día mellor e mellor./ Cada día máis linda máis linda,/ cada día mellor e mellor.

Viajeros y tripulación contribuyeron al buen ambiente durante toda la travesía.

Viajeros y tripulación contribuyeron al buen ambiente durante toda la travesía.

Fin del trayecto. Al pie de la escalerilla, en el pantalán te espera el panel con las copias de las fotos de todo el pasaje: seis euros y te llevas tu foto familiar de recuerdo y una botella de vino blanco.

Hasta aquí, una propuesta de turismo marinero que nos agradó por la atención de la tripulación, el buen ambiente a bordo y el acercamiento al proceso del cultivo en las bateas; una actividad que recomendamos porque un paseo en barco es siempre agradable, y muy agradecido por quienes tienen pocas oportunidades de hacerlo por vivir en lugares de interior; pero una experiencia que puede mejorarse, en mi opinión, con sólo tres detalles: esmerarse en la cocción de los mejillones, utilizar vasos de cristal y diseñar un recorrido que potencie el conocimiento del entorno, no tan centrado en el polígono bateeiro.

¿Y tú? ¿Has realizado alguna ruta en barco por las rías gallegas? ¿Cómo ha sido tu experiencia?

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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

Hay 3 comentarios

  1. Muy buenas rutas entre bateas.
    Enhorabuena.

    PABLO

  2. sonia dice:

    Buenos días !
    A dónde debo dirigirme para poder hacer esta actividad?

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