Las ruinas de un cargadero donde se embarcaba hierro y volframio para abastecer la máquina de guerra de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial todavía se ven bajo los pilares del puente de Rande, en el interior de la ría de Vigo. Pertenecía a la empresa Minerales de Hierro de Galicia, de capital alemán, y su actividad se relaciona con la de otro industrial alemán, colaborador de los nazis, Otto Gardtzen Boyé, propietario de una fábrica conservera instalada en la ensenada de San Simón y, supuestamente, de minas de volframio en Galicia. Cierto halo de misterio rodea todavía la figura de este alemán al que las mujeres de mayor edad de Redondela, que trabajaron en la conservera Boyé siendo niñas, recuerdan haberle visto en una sola ocasión.
La noticia es que la Fábrica del Alemán, a solo 12 metros de uno de los galeones hundidos en la famosa batalla de Rande (1702) con los tesoros que transportaban de América, abrirá sus puertas el próximo mes de mayo con el nombre de “Meirande”, Centro de Interpretación de la Batalla de Rande y del Patrimonio Industrial.
El municipio de Redondela revaloriza de este modo el paisaje cultural e industrial de la ensenada de San Simón, que por su doble vinculación con la historia europea —la batalla naval de Rande, en el marco de la Guerra de Sucesión Española, en la que intervinieron Francia, España, Inglaterra y Holanda, y la importancia del volframio para la industria bélica de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial— tiene un enorme potencial como atractivo turístico en la ría de Vigo y grandes posibilidades para captar turismo extranjero.
El lugar es excepcional se mire por donde se mire. La ensenada, incluida en la Red Natura 2000, es también el principal enclave marisquero de la ría, además de un hábitat inmejorable para la reproducción y desarrollo del choco. En mitad de ella, las islas de San Simón y de San Antón tuvieron su importancia logística en distintos periodos de la historia, como lazareto en el siglo XIX y como cárcel franquista en el XX. Y aquí mismo —aunque su localización exacta se guarda en secreto para evitar esquilmaciones— se encuentra el yacimiento de los galeones españoles hundidos por la flota anglo-holandesa en el siglo XVIII.
La rehabilitación de la Fábrica del Alemán ha dejado en pie lo que quedaba de las fachadas de piedra. Dentro se encuentran los módulos por los que se distribuyen las cuatro salas expositivas dedicadas a la divulgación de la Batalla de Rande, y en torno a ellos, en el pasillo al aire libre resguardado por los antiguos muros de la fábrica, se disponen distintos paneles sobre la historia de la conservera y sus procesos de trabajo, y se exponen varios elementos: autoclaves para la esterilización de las latas; chancas donde se depositaba la salmuera para el salazón; prensas y enlatadoras.
En este recorrido hay también un apartado para el papel de Rande en la Segunda Guerra Mundial, cuando la ría de Vigo era un enclave estratégico para las operaciones del Tercer Reich en el Atlántico. El buque Bessel, con consentimiento del régimen franquista, fondeaba en la ría de Vigo constantemente para suministrar combustible a los temibles submarinos nazis U-Boots, y el cargadero de Rande sirvió para abastecer de hierro y volframio a la industria de guerra de Alemania.
El volframio fue el “oro negro” de los años 40 del pasado siglo XX. En aleación con el acero elevaba su punto de fusión, lo que lo convertía en el material ideal para los proyectiles y piezas de los tanques de guerra. Garantizando el suministro de volframio, el régimen de Franco pagó a los nazis la ayuda prestada en la Guerra Civil.
Su comercio fue un gran foco de especulación económica en España —los historiadores hablan de la “fiebre del volframio”—, y originó una intensa actividad de los espías alemanes y aliados en la ría de Vigo, dedicados a fotografiar las entradas y salidas de buques. La empresa Minerales de Hierro de Galicia aparecería entre 1944 y 1948 en las listas negras del Departamento de Estado de EE.UU. como empresa colaboradora de Hitler.
Por las ventanas ahora enmalladas de la Fábrica del Alemán se divisan, a un lado, los restos de hormigón y piedra del antiguo cargadero, junto al puente de Rande, inaugurado en 1978 para unir los dos márgenes de la ría, y al otro, la estructura de hierro de otro cargadero, éste de los años 60 del pasado siglo, propiedad de Minero Siderúrgica de Ponferrada, el elemento más visible de las infraestructuras propiciadas por la actividad minera en el pasado.
Con motivo de las I Jornadas sobre Patrimonio Industrial de Rande (días 22 y 23 de marzo) hemos tenido el privilegio de visitar el «Meirande» y dar un paseo en barco. Mi impresión es que la ensenada de San Simón en su conjunto es un paisaje verdaderamente singular, heterogéneo e irrepetible. Como se dijo en las jornadas, su revalorización y promoción, con el “Meirande” como instrumento, requiere ahora políticas de coordinación para ser un punto nodal dentro de una ruta de turismo industrial en la ría de Vigo, e incluso en conexión con rutas internacionales o sectoriales de la Península Ibérica.
Ver Rande, ensenada de San Simón en un mapa más grande
Mucha suerte con el proyecto. Si se puede colaborar en algo, aquí estamos.
Qué visita tan interesante! Precisamente en Turexpo se comentaba que el Turismo Industrial en nuestra tierra tiene un gran potencial, esta es una buena muestra, sin duda. Bss!
Las experiencias en otros lugares nos van haciendo sensibles hacia este otro tipo de patrimonio olvidado. Como dijo el catedrático De Historia Económica de la USC Xoán Carmona en estas Jornadas, valoramos mucho la arqueología antigua y no tanto estos recursos de nuestra historia más reciente, pero algo está empezando a cambiar.
Gracias por tu comentario, Inés.
Qué interesante!