Turismo marinero, la experiencia de comerse el mar

Fisterra y su emblemático cabo, desde el «María Elena», un catamarán que hace recorridos por esta costa.

Pocas experiencias hay en Galicia tan sorprendentes y emocionantes como las que propone el turismo marinero, una modalidad cada vez más profesionalizada en torno a la cultura marítima, que revaloriza los trabajos de las poblaciones costeras a través de actividades guiadas por sus propios protagonistas.

Es por ello por lo que te recomiendo varias experiencias de las que disfrutamos el pasado fin de semana, como fueron las visitas al Museo de la Pesca de Fisterra y al Museo da Memoria Mariñeira de Porto do Son, un taller de reconocimiento de especies marinas, un paseo en el catamarán «María Elena» hasta Cabo Fisterra, o la navegación en el velero histórico «Joaquín Vieta».

Vista desde la ventana del Museo de la Pesca de Fisterra, ubicado en el castillo de San Carlos.

Te preguntarás qué tienen de especial estas actividades de turismo marinero. Fundamentalmente, la calidad humana de las personas que las ofrecen. Te sorprenderán con sus inmensos conocimientos y te abrirán los ojos para que aprecies no solo la belleza de los paisajes costeros, sino las historias que encierran. Te descubrirán su compromiso con la conservación del medio marino y de la cultura marítima en todos sus aspectos, y harán que te enamores de Galicia si no lo estás ya.

Demostración de cómo se realiza el marisqueo a pie, en una playa de Esteiro (Muros).

Para promocionar esta modalidad turística, la marca de turismo marinero Mar Galaica desarrolla durante los fines de semana del mes de junio el programa «Come o mar» («Cómete el mar»), con ofertas especiales en restaurantes y alojamientos adheridos al programa. Y para conocer in situ la iniciativa, parte de sus actividades y sus menús gastronómicos fuimos invitados el pasado fin de semana a un presstrip en el territorio del Grupo de Acción Costera Seo de Fisterra-Ría de Muros e Noia (Fisterra, Cee, Corcubión, Dumbría, Carnota, Muros Outes, Noia y Porto do Son).

Manuel López, guía del Museo de la Pesca de Fisterra, ante un conjunto de nasas de madera.

Nada más llegar a Fisterra, tuvimos el privilegio de conocer a Francisco Manuel López Martínez, de 53 años, el alma del pequeño Museo de la Pesca, en el Castillo de San Carlos. Impresionados por la capacidad para comunicar y la sabiduría de este hombre que buceó durante 14 años para extraer longueirón en Fisterra, descubrimos que, después de todo, posee una reconocida obra poética que firma como Alexandre Nerium.

Una peregrina extranjera en Fisterra, frente a la playa de A Ribeira.

Nos sorprendió la gran afluencia de peregrinos del Camino de Santiago que terminan su ruta en el Cabo del Fin del Mundo. Ha crecido tanto la demanda turística en Fisterra que la plaza de Santa Catalina, donde se encuentra el albergue municipal, cuenta ahora con un receptivo de Mar Galaica donde la empresa Mar de Galicia opera como oficina de información turística, de comercialización de las actividades de Mar Galaica y como agencia de viajes.

Cabo Fisterra, con sus tres construcciones: el faro, la sirena antiniebla o «Vaca de Fisterra», y el Semáforo.

Y como nadie puede irse de Fisterra sin visitar el mítico cabo, tampoco nosotros. Sólo que en vez de hacerlo por tierra, llegar hasta el faro y contemplar el horizonte a sus pies, disfrutamos del lujo de navegar en catamarán hasta Cabo Fisterra para verlo desde el mar y admirar la belleza de los acantilados. De vuelta, nos acercamos a la playa de A Langosteira, dos kilómetros de fina arena blanca y aguas de color azul turquesa ricas en navajas, almejas, pulpo, centollas, nécoras, raya y lenguado.

Brandada de bacalao, en concha de vieira, propuesta gastronómica de la taberna marinera Bodegón O Pescador.

Claro que la riqueza de especies del mar de Galicia la gozamos en el plato, pues muchas de ellas las degustamos en algunos de los establecimientos adheridos al programa «Come o mar»: Casa Anido, en Muros, que por haber sido una antigua fábrica de salazón goza de un enclave privilegiado en el borde del mar; la taberna marinera Bodegón O Pescador, en Portosín (Porto do Son); el idílico hotel de naturaleza La Pesquería del Tambre (Noia), en el que nos alojamos; y el restaurante Pepe do Coxo, en O Freixo (Outes), moderno establecimiento frente al puerto, que en su menú especial nos sorprendió con unas deliciosas ostras procedentes de las bateas de la ría de Muros.

Taller de reconocimiento de especies marinas, a cargo de O Canto da Balea, en Lira (Carnota).

En cuanto a las especies marinas, memorable el taller de reconocimiento impartido por los biólogos de la empresa O Canto da Balea, en el puerto de Lira (Carnota). De forma muy divertida, aprendimos cómo evitar que nos den gato por liebre o, mejor dicho, xuliana por rape, acedías por lenguados, o percebe marroquí por gallego. Un sinfín de conocimientos de los que la mayoría de los consumidores carecemos, y que ellos divulgan entre el público general, en defensa de la diversidad de especies, del correcto etiquetado, e incluso de la importancia del consumo de especies alternativas que disminuya la presión pesquera sobre las más cotizadas.

A bordo del «Joaquín Vieta», escuchando a su capitán.

Por último, navegamos por la ría de Muros a bordo de una bellísima embarcación tradicional, el balandro «Joaquín Vieta», de 1916, la embarcación tradicional de transporte marítimo más antigua de Galicia.

La verdad es que no es fácil encontrar barcos como éste, recuperado para actividades turísticas y culturales por la asociación Joaquín Vieta de Noia, con una mujer como patrona, la marinería vestida al viejo estilo, con casacas bretonas y pantalón en azul marino y boina negra, y un cocinero que te enseña en un santiamén a hacer la sardina marinada y el pulpo a la brasa con dos salsas exquisitas. Incluso te pueden prestar unas botas de agua y llevarte a una playa de marisqueo libre a enseñarte cómo se extraen las almejas y los berberechos de la arena.

Barcos pesqueros en el puerto de Lira (Carnota).

¿Te haces con esto una idea de la intensidad con que puede vivirse una estancia turística en un pueblo marinero? ¿De la cantidad de atractivos a nuestro alcance que ofrecen las rías gallegas? Contaré detalles de todas estas experiencias en futuros artículos, pero puedo decir que, en conjunto, el programa «Come o mar», como acción coordinada de los siete Grupos de Acción Costera de Galicia, agrupados bajo la marca Mar Galaica, constituye una oferta de actividades de turismo marinero de calidad.

Con ellas se ponen de relieve las grandes posibilidades de dinamización de los pueblos costeros, y también la importancia de conservar y difundir la cultura marítima con acciones como la reciente creación del Marea, Museo de la Memoria Marítima de Porto do Son, que cuenta con vídeos con los testimonios de hombres y mujeres del pueblo que son la memoria viva de otros tiempos.

El interior del Museo da Memoria Marítima de Porto do Son conserva el horno de la panadería sobre la que se construyó.

Compartimos el viaje promocional de «Come o mar» con:

Susana Vázquez (Comunicación y coordinación).

Miguel Muñiz y Abraham Coco. Diario Abc.

Sara Miguélez y Teresa Santos. Agencia Efe.

Sara Vila. Diario de Pontevedra.

Javier Rivera. El Progreso de Lugo.

Toni Longueira. La Voz de Galicia.

Manuel Bustabad y Esther Moscoso. Vagón de Cola. Expreso Info. @manuelbustabad.

Rubén Amorín.  Ni mata ni engorda. @nimataniengorda.

Foto de grupo, con Manuela Oviedo, gerente del Grupo de Acción Costera 4, y anfitriona, en el centro.

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Edurne Baines

Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

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