Un sembrado de fiestas

Galicia es un territorio sembrado de fiestas. Por algo es la Comunidad Autónoma con mayor número de municipios y mantiene como pocas sus vínculos con la tradición. Religiosas, folclóricas, históricas, gastronómicas… conforman un patrimonio inmaterial en constante crecimiento, gracias tanto a la recuperación de fiestas tradicionales como a la instauración de otras novedosas, que actúan como elemento dinamizador de las villas y ciudades gallegas, y son un reclamo constante de visitantes.

Y como las categorías existen, el catálogo de fiestas de Galicia está clasificado en orden de su interés, originalidad, arraigo y antigüedad, aspectos que las catapultan como recursos turísticos de primer orden. A ello responden reconocimientos institucionales como Fiesta de Interés Turístico de Galicia, de Interés Turístico Nacional o de Interés Turístico Internacional.

Dentro de este panorama festivo, las Rías Baixas gozan de una fiesta considerada de Interés Turístico Internacional, la Romería Vikinga de Catoira, y en breve podría sumar una más, la de A Rapa das Bestas de Sabucedo (A Estrada), si prospera su solicitud ante el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Ambas son multitudinarias y espectaculares, aunque de muy distinto signo. [Aquí puede verse la lista actualizada de las fiestas gallegas de interés turístico].

La primera (primer domingo de agosto) evoca la presencia de los normandos en las rías gallegas en la Alta Edad Media, en un escenario histórico sin necesidad de atrezzo: los restos de las Torres del Oeste, consideradas el escudo de Compostela –se conservan restos de dos de las siete que integraban la fortaleza original–, justo en el fondo de la ría de Arousa.

Ataviados con pieles y cascos vikingos, armados con rudimentarias hachas y a bordo de la réplica de un viejo drakkar danés –durante el año se puede admirar en la ría–, decenas de jóvenes de la localidad simulan un desembarco vikingo y la barbarie y el saqueo de la villa y de sus habitantes, éstos también vestidos como campesinos y artesanos de la época. El evento cuenta con unos invitados muy especiales, representantes de las ciudades hermanas de Frederikssund (Dinamarca) y Watchet (Reino Unido) y reúne cada año a una multitud de gente que participa después en una fiesta gastronómica con abundantes viandas y no menor cantidad de vino.

Caballos en un curro de Santa María de Oia. © Ricardo Grobas.

En Sabucedo, pequeña parroquia de A Estrada, tiene lugar desde mediados del siglo XVI la rapa de caballos más antigua de toda Galicia (primer domingo de julio). A diferencia de los diversos curros que se suceden a lo largo del verano en el resto de la provincia –Mougás, Torroña y Valga (Oia), Morgadáns, San Cibrao y O Galiñeiro (Gondomar), Monte Castelo (Cotobade), Paradanta (A Cañiza), Amil (Moraña)– y en otros lugares de Galicia, en éste se mantienen los rituales de la rapa en estado puro. Es decir, en el contacto físico de los aloitadores con los caballos no median palos ni cuerdas. Mediante una técnica bien aprendida, entre tres hombres doblegan a las bestias sin causarles daño para marcarlas y cortarles las crines y el pelo de la cola.

La tradición se lleva en la sangre y, cada año, jóvenes aloitadores y aloitadoras deseosos de sentir el olor y el calor de los caballos saltan al curro –un moderno recinto hecho con mampostería sustituye al construido en el siglo XVIII adosado a la iglesia de San Lourenzo– y protagonizan junto a las bestias un espectáculo lleno de fuerza y vistosidad, cuya razón de ser no es otra que el trabajo obligado de seguimiento del ganado, ejemplares adultos y crías, por parte de sus propietarios.

Procesión del Corpus de Ponteareas. © Ricardo Grobas

Considerada de Interés Turístico Nacional es la Fiesta del Corpus Christi de Ponteareas, cuya manifestación más espectacular son las bellísimas y trabajadas alfombras de flores, en las que se afanan la noche anterior los vecinos de la villa del Tea. Pétalos, semillas, hojas y tallos conforman auténticos tapices, joyas artesanales que decoran las calles por las que pasará la procesión del Santísimo.

Aunque no con el renombre que ha llevado a Ponteareas a hermanarse al abrigo de esta tradición con la ciudad tinerfeña de La Orotava, la fiesta del Corpus tiene gran arraigo en localidades como Redondela y Gondomar, donde tampoco faltan las vistosas alfombras florales.

En el ranking de las fiestas catalogadas de Interés Turístico Nacional figuran también la Romería de San Benito de Lérez (Pontevedra) –día 11 de julio–, santo milagrero famoso por su codiciado aceite antiverrugas, y las Fiestas de San Roque de Vilagarcía de Arousa (el día grande, el 16 de agosto), con una “fiesta del agua” en la que se remojan –no importa mediante qué sistema (cubos de agua, mangueras, pistolas plásticas…)– en torno a 30.000 personas.

Mercado medieval de la Fiesta de la Arribada de Baiona. © Ricardo Grobas.

Y de una multitudinaria fiesta medieval a otra que hunde sus raíces en tiempos remotos: el Carnaval de San Adrián de Cobres (Vilaboa), de gran valor cultural y gran singularidad, en el que madamas y galanes, ataviados con un colorido vestuario y adornados con collares, cintas, sombreros… danzan al son de la gaita.

También son de gran relevancia por su valor cultural, y de especial originalidad entre las muchas que existen en la comarca de O Morrazo, las Danzas Ancestrales de Cangas, que incluyen la danza de San Cibrán de Aldán (20 de enero), la de San Roque de Hío (30 de noviembre) y la danza y contradanza de Darbo (8 de septiembre), y que rescatan una tradición hasta hace poco olvidada.
La Romería de Santa Tecla, en A Guarda (día 23 de septiembre), las Fiestas de A Peregrina, en Pontevedra (segunda quincena de agosto), la Romería de A Virxe da Roca, en Baiona (26 de agosto), las Fiestas del Carmen (16 de julio) en cualquier localidad costera, las fiestas de Bouzas y la Romería del Santísimo Cristo de los Afligidos, en Vigo (tercer domingo de julio), el Día del Turista y la Fiesta de San Xinés, en Sanxenxo (día 25 de agosto), la Romería de A Lanzada, en Noalla-Sanxenxo (último sábado de agosto)… La lista de fiestas reseñables en las Rías Baixas –a la que no son ajenas todas esas tradiciones estacionales, desde el Carnaval hasta los maios, las hogueras de San Juan y los magostos, que comparte toda Galicia– es interminable y abarca todo el año.

Por ello, una recomendación para aquellos a los que les gusta dejarse sorprender: que durante su estancia en Galicia pregunten porque es muy probable que se presente una fiesta cualquier día.