Alfareros del siglo XXI (Bonxe-Outeiro de Rei, Lugo)
Publicado en “Turgalicia. Revista para descubrir Galicia”. Núm. 10. Abril 2008-Julio 2008
A sólo 30 kilómetros de Lugo, y a medio camino entre A Coruña y Santiago de Compostela, Outeiro de Rei limita con A Terra Chá, la tierra “fértil y serena” que describió Otero Pedrayo. Bañado por los ríos Miño y Ladra, el municipio forma parte de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, por lo que invita a descubrir espacios naturales verdaderamente sorprendentes y tomar contacto con la “cultura del río” que representan molinos y refugios de pescadores. As Penas de Rodas –dos originales moles graníticas en torno a las cuales circulan numerosas leyendas– y las Islas del Miño en su curso alto –San Roque, Trabanca, Santa Mariña y Seivane–, en escondidos parajes dominados por árboles autóctonos, son sólo unos apuntes en este viaje por el pasado y el presente alfarero de Galicia.
© Carlos R. Prieto
Encontramos a Pepa Lombao en la parroquia de Bonxe, en un bucólico entorno de prados y pinares con los vallados de chantos que caracterizan el paisaje del Norte de Lugo. Es la única heredera de un oficio que en los años 50, antes de la irrupción del plástico, daba de comer a 56 familias, entre ellas la suya. Su taller, en un edificio de nueva construcción, aprovecha al máximo la luz del sol. Nada que ver con el de al lado, en su casa familiar, donde su padre, Indalecio Lombao, torneó toda su vida y, con 88 años, todavía se sienta a matar el gusanillo. Padre e hija son el ejemplo vivo de la natural transformación del oficio al compás de la evolución social y tecnológica, con la Guerra Civil y un importante fenómeno migratorio por medio.
En su propio taller, Indalecio no resiste la tentación y nos hace una demostración de su habilidad, mientras explica, pormenorizadamente, el proceso de moldeado y la dificultad inicial que supone centrar la pieza; la importancia de calcular la cantidad de barro necesaria para cada una, y la proporción con que se ha de realizar la mezcla de los dos barros que se utilizan en la alfarería tradicional de Bonxe.
© Carlos R. Prieto
De su conversación se desprende un gusto por las cosas bien hechas y una autoexigencia fuera de lo común, que le ha caracterizado como alfarero y como saxofonista de una banda de música con la que durante décadas complementó los ingresos familiares. Si la alfarería forjó su carácter abierto y hospitalario, su pasión por la música, que sigue cultivando, contribuyó, sin duda, a la sensibilidad y autenticidad de sus piezas de barro.
En la alfarería de Bonxe destacan las vasijas altas y cerradas, con cuellos estrechos y panzas anchas que van disminuyendo hacia la base. Su decoración, sobre la mitad superior de la panza o el cuello, se realiza con barro blanco diluído y pincel, y consiste en bandas horizontales y medias lunas en bandas. Como en toda actividad alfarera, las costumbres del lugar orientaron sus formas y sus usos y, junto a las más comunes cazuelas, jarras y todo tipo de recipientes de cocina, existen en Bonxe botijos planos y de rosca finamente decorados, jarras de la trampa y estilizadas jarras de caña con el pitorro liso o en forma de cabeza de algún animal.
Nuevos tiempos
Pepa Lombao es “Pepa Bonxe” en el mundo de la alfarería y su taller, un recurso turístico en el municipio de Outeiro de Rei. Abierto en el año 2000, cuenta con un espacio dedicado a tienda y otro que pretende convertir en un pequeño museo de alfarería de toda la provincia de Lugo, para el que cuenta con su colección de 30 piezas antiguas de Gundivós, Samos, Mondoñedo y Bonxe.
A los 50 años, con 30 de actividad, “Pepa Bonxe” disfruta con un oficio que aprendió de su padre pero ella reconduce en función de sus gustos y de su inquietud por mejorar y aportar algo nuevo. Como la línea de cazuelas “Pepa e Max” que realizó en colaboración con la diseñadora Laura Lucio, con la que recupera para las cocinas actuales los utensilios en barro. “Creo que hay que conservar la esencia de la alfarería tradicional, que no es más que la utilidad de sus piezas, pero es necesario adaptarlas a la tecnología de las cocinas actuales y dotarlas de atractivos diseños, porque el barro es muy agradable, le da a todo un sabor artesanal”, explica.
“Pepa Bonxe” une a su conocimiento del oficio su formación en Cerámica en la Escuela de Artes Aplicadas de Lugo, por lo que apuesta por investigar y aprender técnicas específicas cada vez que puede, y por crear nuevas formas sin descuidar la producción tradicional. Por su taller pasan muchos escolares de la provincia a los que ella intenta transmitir tanto la importancia de la alfarería como patrimonio cultural como el valor –“no siempre bien entendido”– de las piezas realizadas a mano, únicas y todas diferentes, frente a los procesos semiartesanales o industriales. Además, está convencida de que, como forma de vida, es un oficio con tanto futuro como cualquier otro. “Me gustaría hacérselo atractivo a la gente joven, porque si se evoluciona a partir de lo que nos caracteriza podemos ofrecer piezas de auténtico lujo, muy valiosas, realizadas a mano. Pero hay que cuidar el diseño y la difusión del trabajo para que todo esto sea rentable”.
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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua.
Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones.
Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.
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