Camariñas, el pueblo que todo se lo debe al mar

Linterna del faro de Cabo Vilán.

Linterna del faro de Cabo Vilán.

Que a Camariñas hay que ir ex profeso lo dicen los propios camariñanos. Por eso se entiende mejor su orgullo como destino turístico en alza. No se sabe qué llevan más adentro, si la artesanía del encaje que ha hecho famosas a sus palilleiras en todo el mundo, la importancia de su actividad pesquera o su emblemático faro de Cabo Vilán.

De lo que no cabe duda es de que Camariñas se lo debe todo al mar. Dicen que el arte del encaje lo aprendieron las mujeres de una dama italiana que naufragó frente a esta costa en el siglo XVII. Hasta mediados del pasado siglo XX, desde el puerto de Camariñas salieron barcos con cargamentos de estas delicadas labores hacia Europa y América.

Palillos, alfileres y almohada, imprescindibles en la elaboración de los encajes.

Palillos, alfileres y almohada, imprescindibles en la elaboración de los encajes.

El encaje ya no da para vivir ni tampoco para complementar la economía familiar, aunque no hay mujer en la localidad que no sepa palillar porque aprenden de niñas. La tradición cobra todo su apogeo con la celebración desde hace 24 años de la Muestra Internacional del Encaje (coincidiendo con la Semana Santa) y se mantiene viva en su flamante Museo del Encaje (plaza de Insuela, 57).

La pesca y el marisqueo constituyen, como antiguamente, la principal fuente de riqueza de Camariñas. Aparte del marisqueo, la oportunidad laboral para la mayoría de las mujeres se encuentra en las dos fábricas de conservas de la localidad. Por eso, la esencia de la localidad la descubrirás en el puerto, donde la llegada de los barcos a la lonja y la posterior subasta del pescado es uno de sus grandes atractivos. Aquí se encuentran también los pantalanes del puerto deportivo del Club Náutico, Bandera Azul durante tres años consecutivos. En el corazón de A Costa da Morte, resulta estratégico para las embarcaciones en tránsito, mayoritariamente extranjeras, que navegan por estas aguas.

Playa de O Ariño, en la parroquia de Camariñas.

Playa de O Ariño, en la parroquia de Xaviña (Camariñas).

PESCA Y MARISQUEO: EL PAPEL DE LAS MUJERES

La playa de O Ariño, en la entrada de la ría, cuenta con una apacible área recreativa donde se celebra una romería multitudinaria el 25 de julio. Es la más frecuentada de Camariñas y también uno de sus principales bancos marisqueros, en el que trabajan en torno a 200 personas. La mayoría son mujeres, enfundadas en trajes de neopreno o de goma, con el agua hasta medio cuerpo —en este lugar la marea baja no deja prácticamente áreas secas de marisqueo— y largos y pesados rastrillos para extraer el marisco.

Las mariscadoras Yaqui, Lita y Lola, en la playa de O Ariño.

Las mariscadoras Yaqui, Lita y Lola, en la playa de O Ariño.

Lola Bermúdez, Yaqui Lista y Lita González son algunas de ellas. Escucharlas significa conocer el destino turístico con otra perspectiva. Transmiten pasión por su trabajo, pero resaltan su dureza y también su peligrosidad, sobre todo de noche. Con la única luz de un foque sobre la frente, no es fácil percibir que la compañera de al lado se cae, ni tampoco ayudarla a incorporarse con el peso del marisco recolectado en la cintura y la presión del agua del mar impidiéndoles los movimientos.

Saber nadar tampoco ahuyenta el miedo al mar. Y si no, que se lo pregunten a Yaqui, que faena con su marido en el Vilán Uno, embarcación de unos 8 metros de eslora. Confiesa tanto miedo que su mayor deseo es conseguir una licencia de mariscadora por su cuenta para no tener que ir a pescar. Por seguridad, las embarcaciones de pesca profesional no pueden faenar con un solo tripulante, por lo que se ve obligada a acompañar a su marido. Si se cumpliera su sueño, podrían permitirse su sustitución por otro tripulante.

Atardecer en el puerto pesquero de Camariñas.

Atardecer en el puerto pesquero de Camariñas.

Cuando a las ocho de la tarde, cayendo la noche sobre el puerto, la presencia del helicóptero de Salvamento Marítimo desencadena la alarma entre la población —en esta ocasión ejercitaba maniobras sobre la ría—, terminamos de tomar conciencia de lo que significa realmente el mar para las gentes de Camariñas.

POR LA RUTA DE LOS NAUFRAGIOS

Vista de Cabo Vilán, con la llamada Piedra de los Enamorados en primer plano.

Vista de Cabo Vilán, con la llamada Piedra de los Enamorados en primer plano, en la Ruta de los Naufragios.

Con todo, la visita turística por excelencia a Camariñas tiene su epicentro en el faro de Cabo Vilán (Villano, en castellano), notorio por su prolongado perfil. El faro, construido en 1896, fue el primero de España con luz eléctrica. En su interior acoge el Museo de los Naufragios, donde se expone antigua maquinaria del faro, y el visitante toma el primer contacto con la larga historia de los naufragios que jalonan A Costa da Morte.

Es uno de los puntos de la Ruta de los Naufragios, una senda litoral que se puede realizar cómodamente en coche, con final en el pequeño núcleo pesquero de Camelle, el pueblo que el museo al aire libre del alemán Manfred Gnädinger (1936-2002) puso en el mapa.

No te la pierdas: Llena de historias, anécdotas y curiosidades, además de discurrir por un paisaje único, sobre la Ruta de los Naufragios hablaré en un próximo artículo.

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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

Hay 2 comentarios

  1. Camariñas, que gran descubrimiento! 😀

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