Alegato contra el «turismo de temporales»

Olas en los acantilados de Cabo Home, ayer.

Olas en los acantilados de Cabo Home, ayer.

El temporal amaina en Galicia, pero el mar seguirá hoy embravecido y ofreciendo imágenes espectaculares. Como las que ilustran este artículo y las que hemos visto estos días en prensa, televisiones, medios digitales y redes sociales. Un auténtico furor por captar la fotografía más llamativa y que para muchos se convierte en una obsesión por captar la ola más grande.

Es por ello por lo que asisto con cierta alarma a una nueva modalidad de ocio que podríamos denominar  «turismo de temporales», que no tiene otra finalidad que dejarse hechizar por la fuerza arrolladora del mar, y que desgraciadamente se está cobrando vidas humanas.

Muertes que se podían evitar. Muertes estúpidas que nos deberían hacer entender que el mar también es peligroso en tierra y que en días de temporal, igual que los barcos quedan en tierra, nosotros también deberíamos alejarnos lo más posible de su alcance.

Baliza de Punta Robaleira, ayer.

Baliza de Punta Robaleira, ayer.

Soy la primera que acude al espectáculo del mar, pero es importante decirlo: no convirtamos nuestra fascinación por el mar en una tragedia irreparable. No pongamos en peligro nuestra vida ni la de quienes con buena voluntad intentarán ayudarnos. Tampoco la de los equipos de profesionales que se desplegarán para rescatar nuestros cuerpos.

Lo ocurrido ayer en Valdoviño (Ferrolterra) —tres personas tragadas por un golpe de mar; de momento, ha aparecido un cadáver—, junto a un suceso similar en Camelle (Costa da Morte) la pasada semana —éste, por fortuna, sin víctimas que lamentar gracias a la ayuda de un marinero—, unido a otros muchos que todavía tenemos en la memoria —un estudiante de Erasmus engullido por una ola en la playa del Orzán en 2012 y tres policías muertos durante las labores de rescate— deberían ser suficiente motivo para concienciarnos de que este tipo de desgracias son más frecuentes de lo que admitimos.

Quiero decir con todo esto que las romerías a los faros y acantilados en días de temporal no deberíamos verlas con el regocijo con el que lo hacemos —increíble la cantidad de vehículos en el faro de Corrubedo el día de Reyes; los visitantes debieron de batir el récord de todo el año— porque la imprudencia campa a sus anchas y la fuerza de la naturaleza no está bajo nuestro control.

Olvidemos, por tanto, los paseos con vistas al mar en estos días, y dejemos que la mejor foto siempre sea la que nos ha quedado sin hacer.

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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua. Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones. Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.

Hay 6 comentarios

  1. Aitor dice:

    No puedo estar más de acuerdo con el alegato. Cuando hay temporales, parece que se abre la veda de las imprudencias y los insensatos y perdemos el respeto a esa masa de agua salina que en cualquier momento de mala mar, te da un susto.
    ¿Y para qué? ¡si la mayoría de las fotos que se hacen en ese momento, saldrán movidas y el agua salina nos podrá estropear la cámara!.
    Como fotógrafo aficionado de faros, he de decir que de igual modo, es fascinante y espectacular, sacar una foto al faro desde diversos ángulos, posiciones e incluso a pie de mar, cosa que, con mala mar, no se podría hacer.
    Por lo que continuando con el alegato, paseemos por esos lares con buen tiempo que además será mucho más placentero.

  2. EVA TRIÑANES dice:

    estoy totalmente de acuerdo

  3. matiba dice:

    Es tremendo todo esto, pero no es nada nuevo. Recuerdo todavía la cantidad de gente colapsando nuestros teléfonos para ir a ver los destrozos del Prestige en la costa, o cómo había quedado el entorno de las Fragas do Eume tras el incendio… Somos así, cuando hay un accidente los coches pasan despacito para ver, si ocurre algo en la calle enseguida los curiosos abundan, parece que de alguna manera el peligro, la desgracia, atraen…

  4. Luis Ulloa dice:

    Estou contigo, Edurne. Basta xa de querer ser o máis en todo!!! Non imos levar o Pullitzer nin nos van a retuitear ou darlle ao me gusta en Instagram 200.000 veces. Si, os temporais sempre tiveron esa abdución para con nós, e nós (todos, ou case) certo papanatismo, pero outra cousa é xa ir a facer a foto xunto a gran ola. Claro, logo cando ocorre algo lle botamos a culpa a administración. Se non queremos que nos prohiban, fagamos nós os limites do que se pode ou o que non.

    • Así es, Luis. Estos días he visto vídeo que ponen los pelos de punta, y los insensatos que los protagonizan se lo toman a risa. Parece que tengamos que mentalizarnos de las cosas a base de prohibiciones y multas, como ha ocurrido con los excesos de velocidad en carretera (con alardes y fanfarronerías incluso). Un saludo!

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