La Torre de Hércules, candidata a Patrimonio de la Humanidad
Publicado en «Turgalicia. Revista para descubrir Galicia». Núm. 11. Agosto 2008-Noviembre 2008
Si en el mes de junio de 2009 el comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco reconoce el valor universal y excepcional de la Torre de Hércules, el único faro romano del mundo que permanece en funcionamiento, Galicia verá inscrito su cuarto bien cultural en la lista de lugares y monumentos del Patrimonio Mundial. Antes lo hicieron el Centro Histórico de Santiago de Compostela (1985), el Camino de Santiago (1993) y la Muralla de Lugo (2000).
Dos mil años después de su construcción, entre la Ensenada de O Orzán y el Golfo Ártabro, el faro conocido como Torre de Hércules continúa al servicio de la navegación marítima en la costa más occidental de Europa, uno de los puntos con mayor densidad de tráfico marítimo del mundo. El único de todos los faros construidos por Roma que sigue en funcionamiento es un edificio singular –romano por dentro y en sus cimientos y neoclásico por fuera–.
Una roca con la inscripción “MARTI AUG SACR C SEVIUS LUPUS ARCHITECTUS AEMINIENSIS LUSITANUS EX Vº”, cuya traducción más aceptada hoy en día es: “Consagrada a Marte Augusto. Gaio Sevio Lupo, arquitecto aeminiense lusitano, cumpliendo la promesa”, habla de sus orígenes, datados en los siglos I-II. La visita al interior de la Torre de Hércules permite contemplar parte importante de la original construcción romana en los cimientos del edificio. Mide 58 metros, y para llegar a lo más alto hay que subir 242 escalones.
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© Ricardo Grobas |
Gracias a la labor divulgativa de instituciones como el Instituto de Estudios Torre de Hércules, uno de los principales impulsores de la candidatura del faro romano para Patrimonio de la Humanidad, sabemos que el granito de su fachada, de color ocre o crema, procedía de canteras próximas. Con la restauración acometida en tiempos de Carlos III por Eustaquio Giannini, la Torre de Hércules se sumó a la serie de edificaciones neoclásicas existentes en A Coruña, y apenas sufrió leves modificaciones con posterioridad.
“Giannini dejó intencionadamente, no sólo como recuerdo histórico sino también como elemento decorativo”, señala el Instituto de Estudios Torre de Hércules, “el borde externo de la rampa antigua, que va ascendiendo oblicuamente encintando las cuatro caras de la fachada de la torre”. En las dos puertas de entrada hay unas placas de cobre con inscripciones, en castellano y en latín, conmemorativas de esta restauración, y en la cúpula del cuerpo octogonal añadido, una inscripción pintada que recuerda a Giannini.
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© Ricardo Grobas |
Levantada en un cerro de tan sólo unos 50 metros de altitud, la Torre de Hércules no sólo es una muestra única de las torres de señalización marítima construidas por las civilizaciones de la antigüedad, sino que su significado pervive en perfecta armonía con la vida de los habitantes de la antigua Brigantia, que han convertido los alrededores de la Torre y el Paseo Marítimo que bordea toda la península coruñesa en uno de los principales lugares de ocio y esparcimiento de la ciudad.
Coruñeses y turistas vuelan ahí sus cometas, pasean en bicicleta o en patines y disfrutan de la brisa marina y de magníficas vistas del Atlántico. Una de las mejores perspectivas de la Torre se obtiene desde el monte de San Pedro, al que se accede mediante un elevador panorámico en forma de esfera acristalada, instalado al final del Paseo Marítimo.
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© Ricardo Grobas |
Mitos y leyendas
El remate octogonal que ocupa la parte superior de la Torre de Hércules sostiene la linterna con el sistema óptico de iluminación que brilla a una distancia superior a los treinta kilómetros. Una luz imprescindible para adentrarse en otro tiempo en las aguas del “mar tenebroso” habitado por sirenas, dragones y monstruos que devoraban a los marinos.
La Torre de Hércules es fuente de mitos y leyendas, como la que explica su construcción por mandato de Hércules para conmemorar su victoria sobre Gerión, cuya cabeza fue enterrada bajo los cimientos de la torre, o la que le atribuye un origen celta, según la cual Ith, hijo de Breogán –líder de las tribus ártabras– divisó desde lo alto de la torre una isla (Irlanda) y viajó a ella, donde fue herido de muerte. Para vengarlo, su sobrino Milé emprendió el mismo viaje con sus hombres, que derrotaron a los Tuatha de Danaan y se asentaron en las bellas tierras irlandesas.
Los descendientes de aquellos primeros pobladores de Irlanda protagonizaron un importante fenómeno migratorio hacia Estados Unidos a lo largo de la historia, hasta el punto de ser decisivo para el desarrollo del país y, en particular, de la ciudad de Nueva York, donde está esentada una gran colonia gallega, y a la que simboliza otro importante faro, la Estatua de la Libertad. A ambos lados del Atlántico, los dos faros –símbolos del adiós y de la bienvenida– podrían protagonizar pronto su hermanamiento.
Sería otro hito en la milenaria historia de la Torre de Hércules, cuyos argumentos para ser declarada Patrimonio de la Humanidad se resumen en que ha sido testigo de influencias arquitectónicas y tecnológicas; es un testimonio único sobre una tradición cultural; supone un ejemplo representativo de un tipo de construcción y de formas tradicionales de asentamiento humano, y está directa o materialmente asociada con acontecimientos, creencias u obras artísticas de significado universal.
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Soy periodista. Cofundadora y directora de la editorial Belagua.
Trabajo en proyectos editoriales centrados en la comunicación turística de Galicia, y desarrollo tareas editoriales, de comunicación y de creación y gestión de contenidos para todo tipo de publicaciones.
Soy navarra, vivo en Vigo y adoro Galicia.
Para quien le interese, se acaba de publicar un nuevo libro que trata sobre estos temas, cuyo título es «Los hijos de Breogán». Podéis encontrarlo en el enlace http://www.cultivalibros.com/libreria/los-hijos-de-breogan
Un cordial saludo